12 ROUNDS

Dos textos de Javier Martínez Alejandre

No es alta ni baja.

Viste ropas ligeras y cómodas.

Ríe con pudor, como a quien no le gusta mostrar los dientes.

Con toda seguridad su cabello no va sujeto por ningún prendedor y desciende suelto hasta su cintura.

Habla con voz enérgica si se acalora; es cierto que las menos de las veces. A mí, por ejemplo, nunca me ha reprendido ante nadie.

El color de sus ojos es limpio y sus senos son menudos, muy hermosos. Le gusta bañarse antes de acostarse;

Escuchar las Partitas de J. S. Bach interpretadas por Glenn Gould;

Tomar sopa de calabacín;

Sentarse sobre una colina como un gurú, con los pies cruzados;

Ponerse escorpiones sobre la frente y leer en alto a Walt Whitman.

Su nombre es Eva y significa “La que sólo sabe vivir”

¿Su nombre es Eva?

¿Qué puede haber sido de ella? ¿Cómo se ha ido así, sin despedirse de su padre? Es que nunca le telefonea.

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Si hubiese querido Dios que el hombre domeñase también el aire, le hubiese dotado de alas y tupido plumaje. Pero no lo determinó así. Le proporcionó pies y manos.

Con todo, siento yo aquí, bajo mis sobacos, un escozor que entiendo que se debe al impulso que todo hombre aún tiene en aletear.

Construiré unas alas y volaré hasta el Reino de Dios; veré lo que Dios ve con su Ojo; respiraré su límpido firmamento y me uniré por siempre a Él.

¡Adelante!

Javier Martínez Alejandre